Estalló la violencia en la Asamblea Ordinaria General que realizaban los socios del club Gimnasia y Esgrima de la Plata de Argentina. No transcurrieron más de tres puntos en la orden del día cuando los grupos antagónicos iniciaron una gresca en la que hubo de todo: sillazos, botellazos y huevos en contra del actual comité directivo.
Y es que la situación que vive el “Lobo” tanto en la parte económica como en la deportiva no es la mejor, pues en la presente temporada de la primera división del futbol argentino, ocupan la doceava posición del Grupo 2 con 13 puntos, por lo que están muy lejos de aspirar a competir por algo importante.
Aunado a esto, se acerca la renovación de dirigentes, de tal forma que la política ha empezado a hacer lo suyo en la interna del club. De esta manera, no es una casualidad que el episodio violento se haya presentado frente a los aspirantes a presidentes del club: Carlos Anacleto, Edgardo Medina, Daniel Onofri, Diego Patiño, Sebastián Gubia y Emanuel Di Loreto.
Bajo el grito de “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”, la asamblea, que tenía como sede el Polideportivo Víctor Nethol, tuvo que ser suspendida parcialmente, ya que además los dirigentes tuvieron que ser retirados bajo custodia para evitar que fueran agredidos.
Testigos que se encontraban en el lugar, afirman que todo derivó luego de que el secretario general, Oscar González Arzac, tomara el micrófono para disculparse por la mala gestión económica que han llevado a cabo en las arcas del club.
Lejos de que sus palabras tranquilizaran a los hinchas, éstos enardecieron dado que Gimnasia mantiene un pasivo de alrededor de 11 millones de dólares, lo que ha complicado la contratación de futbolistas en las recientes temporadas.
Pese al caos, la asamblea se renovó minutos más tarde para aprobar el balance económico, y en contraparte, rechazar la memoria y el presupuesto, con lo que se pretende que la futura dirigencia pueda acceder a un préstamo que solvente el déficit que padecen.