El Real Madrid quedó eliminado del Mundial de Clubes tras caer por goleada ante un Paris Saint-Germain que lo superó táctica, física y mentalmente. El equipo de Xabi Alonso, aún en construcción, sufrió una de sus derrotas más duras en torneos internacionales recientes, al verse ampliamente superado por un rival que ya dejó atrás los egos para consolidarse como un verdadero equipo.
El partido comenzó con errores groseros del conjunto merengue. Asensio y Rüdiger cometieron fallas individuales que Dembélé convirtió en goles en los primeros minutos, dejando al Madrid noqueado antes de poder reaccionar. Fabián Ruiz firmó el tercero tras una transición impecable del PSG, mientras que la posesión, la presión y la intensidad fueron completamente parisinas. El Madrid, desdibujado, apenas tuvo respuestas en el campo.
El desgaste emocional se sumó al futbolístico. Arda Güler volvió a desaparecer en una cita grande y el tridente ofensivo se desconectó del juego. Pese a los regresos de Militao y Carvajal tras largas lesiones, el equipo nunca recuperó el control. En los minutos finales, Gonçalo Ramos selló el 4-0 definitivo, en un duelo donde el PSG retiró a sus titulares sin temor, mientras el Madrid apenas intentó resistir.
Luis Enrique mostró el fruto de un proceso que prioriza al colectivo por encima de las individualidades. El PSG se mostró como un serio candidato al título, mientras el Madrid queda fuera de la final con muchas dudas y una urgente necesidad de replantear su rumbo. Desde el vestidor hasta la directiva, todos tendrán que responder ante una derrota que refleja más que un mal día: muestra un proyecto inconcluso.