El Atlético de Madrid quedó eliminado del Mundial de Clubes al no poder superar a Botafogo en un duelo en el que necesitaba marcar al menos tres goles. A pesar del tanto de Griezmann en la segunda mitad, los colchoneros no encontraron ni el juego ni la contundencia necesaria para seguir con vida en el torneo.
El partido arrancó con un Botafogo fiel a su estilo: sólido en defensa y letal al contragolpe. Desde los primeros minutos, Igor Jesús y Vitinho pusieron en aprietos a la zaga del Atleti, mientras que el equipo de Simeone se mostró errático, lento y sin ideas. Oblak evitó el primero al detener un mano a mano frente a Savarino, pero el dominio del campeón sudamericano fue constante.
Simeone solo modificó su once con Lenglet y Gallagher, pero el equipo no logró reaccionar. De Paul estuvo especialmente impreciso y el centro del campo fue superado por la intensidad de Allan, Gregore y Freitas. Julián Álvarez, uno de los pocos con chispa en el ataque rojiblanco, provocó hasta tres penales, ninguno señalado por el árbitro, pese a la revisión del VAR en uno de ellos.
El descanso llegó con empate sin goles y una sensación de impotencia en el conjunto español, que veía cómo el PSG, en la otra llave, aseguraba su pase. En la segunda parte, Griezmann, que comenzó en el banquillo, marcó el único gol del Atlético tras un emotivo gesto antes de ingresar al campo, pero no fue suficiente.