No existen manos capaces de contener tanta emoción, y Ángel Di María lo comprobó cuando, antes del partido contra Chile, se cubrió el rostro en un intento infructuoso por contener las lágrimas que brotaban desde el alma.
En el Estadio Monumental, el mismo en el que debutó con la Selección Argentina el 6 de septiembre de 2008 tras su destacada participación en los Juegos Olímpicos de Beijing, uno de los jugadores más importantes en la historia de la albiceleste puso fin a su carrera con la camiseta nacional.
Acompañado por su esposa, Jorgelina, y sus hijas, Mía y Pía, Di María agradeció entre lágrimas a todos los que formaron parte de su carrera:
“Quiero agradecer a mis entrenadores, a mis compañeros, y a estos chicos que me dieron la posibilidad de ganarlo todo”, declaró emocionado, destacando su gratitud hacia quienes lo acompañaron tanto en los momentos difíciles como en los éxitos.
Con 145 partidos, 31 goles, 32 asistencias y cinco títulos, Di María dejó un legado difícil de igualar. Su gol a Brasil en la final de la Copa América, su anotación a Italia en la Finalissima y su destacada participación en la final del Mundial ante Francia son solo algunos de los momentos que lo consagraron como un héroe para Argentina.
El homenaje incluyó un video emotivo narrado por su hija Pía, un mensaje especial de Lionel Messi desde Estados Unidos, y una réplica de la Copa América entregada por Claudio Tapia y Alejandro Domínguez.
Abel Pintos, con su canción “No me olvides”, cerró la noche con una dedicatoria especial: “Te amamos, Fideo”. Sin duda, Di María será recordado como uno de los grandes de la Selección.