En la reciente Final de la Nations League, México enfrentó una vez más la amarga realidad de la derrota ante Estados Unidos. Entre las múltiples razones que se esgrimen para explicar este resultado, destaca la disparidad en la calidad y cantidad de futbolistas que ambos países exportan a Europa.
La diferencia es notoria: México contó con ocho jugadores que militan en clubes europeos en la final, mientras que el equipo estadounidense convocó a 16 futbolistas en esa situación. Este desequilibrio, aunque no exclusivo, resulta relevante al analizar el rendimiento de ambas selecciones.
En particular, para México, el año 2023 marcó un fenómeno preocupante que podría haber impactado en el progreso de la Selección Nacional. Se registró el retorno de al menos 11 futbolistas mexicanos que habían emigrado a Europa para jugar en clubes de renombre, pero que finalmente optaron por regresar a la Liga MX. Esta situación, sin duda, constituye una realidad desalentadora para el fútbol mexicano.
Destaca entre estos casos el de Diego Lainez, considerado una gran promesa surgida del América, quien tras su paso por LaLiga con el Real Betis y posteriormente con el Braga, no logró consolidarse y terminó retornando a México para reforzar a los Tigres. Lainez no está solo en este retorno, ya que otros diez jugadores también decidieron poner fin a sus aventuras europeas para volver al fútbol local.
La lista de futbolistas que regresaron incluye nombres como Santiago Muñoz (Newcastle Sub 21), Omar Govea (FC Voluntari), Dagoberto Espinoza (Jong Cercle), Santiago Naveda (Miedź Legnica), Teun Wilke (Jong Cercle), Jesús Alcántar (Sporting CP B), Alonso Aceves (Oviedo), Leonardo Sepúlveda (Recreativo Granada), Marcelo Flores (Arsenal) y Eugenio Pizzuto (SC Braga B).
Y el panorama para el año 2024 no es más alentador. Jugadores como Jordan Carrillo, Gerardo Arteaga, Ángel Contreras y Franco Rossano han decidido abandonar sus clubes europeos para regresar a México. A estos se suman los casos anteriores de Raúl Gudiño (FC Porto B), Alejandro Gómez (Boavista) y José Juan Macías (Getafe).
En total, son 18 futbolistas mexicanos que buscaron cumplir el sueño de jugar en Europa, pero la mayoría no logró sostenerse ni siquiera una temporada completa. Este fenómeno evidencia la falta de preparación de los juveniles exportados, así como las condiciones económicas y la falta de ambición que prevalecen en el fútbol mexicano. Todo ello pone en serio riesgo la producción y exportación de talento hacia las ligas europeas.
Mientras tanto, el sueño de que la generación anterior abriera las puertas se desvanece, mientras Estados Unidos avanza con una generación brillante y un futuro más prometedor, consolidándose como una potencia emergente en el fútbol internacional.