En una emocionante pelea que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos, la campeona mexicana Alexa Grasso logró mantener su título al empatar con la desafiante Valentina Shevchenko.
La contienda estuvo llena de momentos intensos y giros inesperados que mantuvieron a la multitud en vilo.
Alexa Grasso llegó al ring con un espíritu decidido, acompañada por el mariachi y la icónica canción “Negrita de Mis Pesares” de Blass Galindo, prometiendo darle una alegría a México en el Día de la Independencia.
El primer asalto presentó dificultades para Grasso, ya que Shevchenko logró una llave en el suelo. Sin embargo, Grasso demostró su determinación al evitar la sumisión y conectar un golpe directo al rostro al final del asalto.
En el segundo asalto, Grasso sorprendió a Shevchenko con un golpe que la dejó momentáneamente en la lona.
A pesar de los desafíos, Grasso mostró resiliencia al recuperarse de un derribo y conectar patadas en el suelo.
La pelea siguió siendo intensa en el tercer asalto, donde Shevchenko intentó una guillotina, pero Grasso logró escapar. A pesar de las dificultades en el cuarto round, Grasso derribó a Shevchenko y tomó la iniciativa en varias ocasiones.
La sangre comenzó a fluir, siendo Grasso la primera en sangrar, pero logró salir de situaciones comprometidas.
En el último asalto, ambos luchadores dieron lo mejor de sí. Grasso buscó derribar a Shevchenko, pero esta última se mantuvo firme.
En un momento tenso, Shevchenko intentó una maniobra arriesgada, pero Grasso logró darle la vuelta y someter a la ex campeona antes de que sonara la campana.
La pelea fue tan equilibrada que los jueces decidieron que merecía un empate, a pesar de las celebraciones anticipadas de ambos luchadores.
Shevchenko expresó su desacuerdo con la decisión, sugiriendo que la influencia de las celebraciones mexicanas pudo haber influido en el veredicto.
En cualquier caso, Alexa Grasso retiene su título en esta batalla épica que mantendrá a los fanáticos hablando durante mucho tiempo.